Dos de los tres ejemplares de Águila imperial ibérica (Aquila adalberti) cuyos cuerpos aparecieron en un radio de un kilómetro en el Parque Nacional de Doñana, en la finca conocida como Mancha del Vinagre, en Almonte (Huelva), han fallecido como consecuencia de una enfermedad parasitaria denominada histomoniasis, común en aves de corral pero de impacto muy incidental en otros animales.

Ecologistas en Acción, considera que esta circunstancia posiblemente se ha dado ante la escasez de conejo —afectado por una cepa de la enfermedad hemorrágica vírica (EHV)—, principal alimento de los depredadores de la zona, que obliga a las águilas a alimentarse de otras presas, como aves acuáticas.

La histomoniasis, enfermedad con distribución mundial que se transmite a través de gusanos intestinales y afecta principalmente al hígado del animal, se convierte en un factor nuevo de distribución en Doñana. Por tanto, nos lamentamos de que el plan de alimentación suplementario de águilas y linces no esté funcionando correctamente. Los informes de la necropsia, aluden en ambos casos a severas lesiones en hígado y bazo como consecuencia de una infección protozoaria aguda que causó hepatoesplenitis necrotizante masiva, sin que, no obstante, se hayan detectado otro tipo de microorganismos patógenos ni de sustancias venenosas ni en el organismo ni en recipientes encontrados en la zona.

Así, estos dos ejemplares, un macho y una hembra sin anillar, habrían muerto por la misma infección, sin evidencias de ingesta reciente y con una buena condición corporal, con lo que la muerte habría sobrevenido de manera aguda. En cuanto al tercer animal, hembra anillada, la causa más probable de la muerte es el traumatismo por lucha, probablemente con la hembra sin anillar, dadas las lesiones observadas en las dos aves.

Ecologistas en Acción, quiere agradecer a la administración el hecho de que, por primera vez, se haya enviado a los ecologistas el resultado de la necropsia, considerando al respecto que si quieren participación debemos tener toda la transparencia posible. También nos hemos congratulado de que se descarte la existencia de venenos. Sin embargo, hay que ponerse las pilas con un plan urgentísimo que es la base de todos los depredadores, ya que sin conejos no hay futuro, para estas especies gravemente amenazadas. Aludimos al temor de que esta enfermedad pueda hacerse endémica, como la tuberculosis que portan los ungulados —jabatos, ciervos y gamos— o la leucemia felina.

La población del Águila imperial ibérica (Aquila adalberti), el ave más amenazada de toda Europa y la cuarta en el mundo, tiene sus poblaciones prácticamente recuperadas, si bien es triste y lamentable la situación en Doñana, donde fuera del espacio protegido no acaba de consolidarse.